Crónicas de una jugadora
Hoy ha
tenido lugar el torneo de fútbol de estas XIX Olimpiadas, en las que a pesar de
estar todo en nuestra contra hemos sabido luchar contra todas las adversidades.
En
primer lugar llegamos al colegio, supongo que todos tan impacientes como yo por
ir a Las Rehoyas. Cuando nos llamaron para ir a la guagua, recibimos los ánimos
de los compañeros que se quedaban, que a pesar de no estar presentes han venido
a nuestra mente en numerosas ocasiones.
Al
llegar todo parecía estar en nuestra contra: se veían nubarrones y el campo de
las chicas desprendía un olor nada primaveral.
Los
primeros partidos los pasamos con mucho frío, lo único que podíamos hacer era o
correr o resguardarnos del frío. A
algunas les daba ganas de moverse y motivó para no perder, y a otras, en mi
caso, nos daban ganas de quedarnos quietecitas y arroparnos con una manta. Esto
hizo que en mi primer partido tuviera una actuación desastrosa.
Después
empezó la lluvia, era lo que nos faltaba. Cada vez que jugaba mi equipo se iba
el sol, estábamos un poco gafadas. Aunque creo que a pesar de que el tiempo
quisiera estropearnos la partida, nos ayudó, es decir, nos sentíamos como
profesionales, jugando en todas las condiciones posibles, enfrentándonos a las
adversidades. Eso hizo que despertáramos y empezásemos a jugar en serio. Con toda la cara mojada y sin miedo a lo que
pasara, emprendimos el juego. Un pase, luego otro y aunque empatáramos, desde
luego que disfrutamos al máximo.
Lo peor
creo que eran los ánimos que te quitaba perder, sobre todo cuando era por goles
que “podríamos haberlo evitado si…”, los “que salga tal o cual al campo”… los
típicos desacuerdos que surgen que
hacían ir peor al partido siguiente sin esperanza. Por eso volvíamos a caer.
Empezamos bien, pero al desanimarnos nos fue mal. Ahí nos dimos cuenta de que
lo importante era que el espíritu y la alegría de seguirlo, quedáramos como que
quedáramos.
No
puedo evitar mencionar los ratitos de sol que disfrutamos, que a pesar de ser
pocos nos servían para relajarnos un poco del estrés de los partidos, planear
una estrategia. Cada vez que utilizábamos
una diferente, buscando una que nos encajara.
Creo
que todos los equipos que han mostrado deportividad, que han sido la mayoría en
todo momento, hemos sacado la misma conclusión: al final lo importante es
divertirse y sacar lo mejor, animar al equipo en todo momento y aceptar el
resultado con ganas de más.
Amparo Saavedra Rosales
No hay comentarios:
Publicar un comentario