martes, 24 de marzo de 2015

Crónica de una jugadora

Crónicas de una jugadora

Hoy ha tenido lugar el torneo de fútbol de estas XIX Olimpiadas, en las que a pesar de estar todo en nuestra contra hemos sabido luchar contra todas las adversidades.
En primer lugar llegamos al colegio, supongo que todos tan impacientes como yo por ir a Las Rehoyas. Cuando nos llamaron para ir a la guagua, recibimos los ánimos de los compañeros que se quedaban, que a pesar de no estar presentes han venido a nuestra mente en numerosas ocasiones.
Al llegar todo parecía estar en nuestra contra: se veían nubarrones y el campo de las chicas desprendía un olor nada primaveral.
Los primeros partidos los pasamos con mucho frío, lo único que podíamos hacer era o correr o resguardarnos del frío.  A algunas les daba ganas de moverse y motivó para no perder, y a otras, en mi caso, nos daban ganas de quedarnos quietecitas y arroparnos con una manta. Esto hizo que en mi primer partido tuviera una actuación desastrosa.
Después empezó la lluvia, era lo que nos faltaba. Cada vez que jugaba mi equipo se iba el sol, estábamos un poco gafadas. Aunque creo que a pesar de que el tiempo quisiera estropearnos la partida, nos ayudó, es decir, nos sentíamos como profesionales, jugando en todas las condiciones posibles, enfrentándonos a las adversidades. Eso hizo que despertáramos y empezásemos a jugar en serio.  Con toda la cara mojada y sin miedo a lo que pasara, emprendimos el juego. Un pase, luego otro y aunque empatáramos, desde luego que disfrutamos al máximo.
Lo peor creo que eran los ánimos que te quitaba perder, sobre todo cuando era por goles que “podríamos haberlo evitado si…”, los “que salga tal o cual al campo”… los típicos desacuerdos que surgen  que hacían ir peor al partido siguiente sin esperanza. Por eso volvíamos a caer. Empezamos bien, pero al desanimarnos nos fue mal. Ahí nos dimos cuenta de que lo importante era que el espíritu y la alegría de seguirlo, quedáramos como que quedáramos.
No puedo evitar mencionar los ratitos de sol que disfrutamos, que a pesar de ser pocos nos servían para relajarnos un poco del estrés de los partidos, planear una estrategia. Cada vez que utilizábamos  una diferente, buscando una que nos encajara.
Creo que todos los equipos que han mostrado deportividad, que han sido la mayoría en todo momento, hemos sacado la misma conclusión: al final lo importante es divertirse y sacar lo mejor, animar al equipo en todo momento y aceptar el resultado con ganas de más.

  Amparo Saavedra Rosales









No hay comentarios:

Publicar un comentario